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jueves, 23 de diciembre de 2010

No venía al hospital desde la última sobredosis

No venía al hospital desde la última sobredosis de un amigo que se inyectó whisky en las venas en un wc de un bar luego de una decepción amorosa. Le dije a la enfermera que no me dejara, que estuviera conmigo todo el tiempo y que por favor encendiera un cigarrillo, claro precioso toma un cigarrillo, dijo ella y entonces me acarició la cabeza suavemente como si mis sueños fueran copos de algodón. El cuerpo. La noche. La sangre. Dentro de mi cuerpo una mano invisible y caliente escarbaba y sacaba manojos de luz y silencio. Un hueco negro se estaba abriendo paso a través de los huesos y lo estaba llenando de sangre y ruido. Después llegó un médico y dijo que el asunto era grave, que no me moviera, que de qué grupo sanguíneo era y le dije que de grupos sanguíneos poco, que si quería le hablaba un poco de grupos de rock, un poco de Jimi Hendrix Experience, de Cream, qué va dijo el médico, el asunto es grave, y entonces miré a la enfermera y me dieron ganas de estar con ella en una fiesta bailando spend the night together, ganas de estar con un vaso de vodka, ganas de darle un beso en la mitad de los dientes blancos, ganas de decirle nena vámonos de aquí y hacemos el amor en la playa, ganas de estar en sus manos llenas de árboles. Sin embargo, ya estaba muy mal, estaba mareado y el techo se me vino encima, afuera llovía y no me acordaba ya si me llamaba Sven o Axel o si era viernes o sábado o jueves en la mañana, tranquilo I Can live with or without you. No sabía si tenía realmente ganas de morirme o ganas de desangrarme en la mitad de la lluvia mientras le decía a la enfermera me gusta tu perfume, me gusta la forma como me inyectas el suero, me gusta la forma como me tomas el pulso, me gusta tu pelo, me gusta el sabor de tu boca, me gusta cuando cantas spend the night together, me gusta ese reloj que da la media noche, me gusta que me acaricies la cara mientras me desangro, me gusta cuando me dijiste tranquilo muñeco todo va a salir bien, piensa en algo lindo, y claro, yo le dije que iba a pensar en algo lindo, y pensé que le regalaba unas flores con vodka en una mañana de sol y que llegaba a su puerta y hacía sonar el timbre ding dong y le decía hola preciosa, tranquilo muñeco, pero ya no sabía si era rh positivo, rh negativo, si era negro o blanco o sambo o mulato, cristiano, budista, ateo, asalariado, independiente, comunista línea Pekín, comunista línea Moscú, no me acordaba si me gustaba el café con dos cubitos de azúcar o con tres cubos, si estaba en La Habana o en Praga, en Bruxelas o en París, en un hospital o en un muladar, tranquilo nene.

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