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jueves, 23 de diciembre de 2010

Durante varios días caminé sin rumbo fijo

Durante varios días caminé sin rumbo fijo por las ruinas de la ciudad. Finalmente llegué al malecón. El mar estaba en calma. Llovía. No había nadie. En el final del malecón había un pequeño bar. Se llamaba El Café del Capitán Nirvana. Eran las doce del día y cuando me acerqué sonaba I Shot the Sheriff. Era lunes y no pude obtener satisfacción. Me senté en una de las mesas exteriores del Café del Capitán Nirvana y un hombre salió a atenderme. Era la primera vez que veía a alguien en muchos días y le dije al hombre que si había visto a una enfermera de ojos claros que cantaba spend the night together por allí y el hombre me dijo que no. Bueno, entonces pedí un vaso de vodka con hielo y no pude obtener satisfacción. Cuando el hombre me trajo el vodka le pregunté su nombre y me dijo que se llamaba Max y le pregunté esta vez por Amarilla, que si había visto a Amarilla, que olía a rosas. Max me dijo que me tranquilizara, que me limitara a respirar. Claro Max. Me tomé el vodka lentamente. Miré hacia el mar. Era mediodía y una gaviota revoloteaba encima del Café del Capitán Nirvana y no pude obtener satisfacción.

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